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La jubilación se prepara a los 25

A ver, imaginate esto: tienes 25 años, acabas de terminar la uni o estás currando en tu primer trabajo serio, y de repente alguien te suelta: “¿Y tú, cómo llevas lo de la jubilación?”. Tú te quedas como… ¿Perdona? Si todavía ni sé hacer bien la declaración de la renta y me hablas de jubilación. Pues sí, resulta que ese tema que parece de abuelos con calcetines hasta la rodilla, en realidad empieza mucho antes de lo que creemos.

Yo tampoco me lo creía al principio, pero después de leer un montón y ver vídeos en YouTube (de esos que te recomiendan sin tú pedirlo), me di cuenta de que cuanto antes empieces a pensar en tu futuro económico, mejor vas a estar cuando te toque descansar. Así que nada, aquí te cuento por qué la jubilación no empieza a los 60, sino a los 25… o incluso antes.

¿Por qué nadie nos habla de esto cuando somos jóvenes?

O sea, nos enseñan derivadas, las guerras mundiales, cómo analizar una poesía… pero nadie te dice que si empiezas a ahorrar e invertir un poquito desde joven, puedes jubilarte tranquilo, o incluso antes de lo normal. No sé tú, pero a mí eso me habría motivado más que aprenderme la tabla periódica de memoria.

Y el problema es ese: creemos que la jubilación es algo lejano, como que ni nos afecta. Pero el tiempo, amigo mío, es lo que más juega a tu favor si empiezas pronto.

La magia del interés compuesto (que debería llamarse “el superpoder del dinero”)

Esto lo descubrí viendo un vídeo con dibujos de un tío que explicaba finanzas con muñecos de palo (muy top, por cierto). Decía que si metes 100 euros al mes en una inversión que te dé un 7% anual, en 40 años podrías tener más de ¡240.000 euros! Y tú solo habrías metido 48.000 en total. Todo lo demás lo genera el interés compuesto. Es como que tu dinero empieza a currar para ti.

Ahora imagina que en vez de empezar a los 25, empiezas a los 35. Tienes 10 años menos de crecimiento, y eso te puede quitar una burrada de pasta al final. Literalmente, el tiempo vale oro.

¿Y qué hay que hacer exactamente? Porque ahorrar 200.000 euros no suena fácil

No lo es, pero tampoco es tan complicado como parece. Lo primero es entender que ahorrar no es dejar de vivir. Es más bien asegurarte de que tu “yo del futuro” también tenga buena vida. Así que aquí van algunos pasos que puedes seguir desde ya:

  1. Empieza por ahorrar algo fijo cada mes
    Aunque sea poco. De verdad. 20, 50, 100 euros. Lo importante es coger el hábito. Si esperas a “cuando ganes más”, puede que no llegue nunca ese momento. Siempre habrá algo en lo que gastar. Siempre.
  2. Abre un plan de pensiones o una cuenta de inversión a largo plazo
    No te asustes con eso de “inversión”. No tienes que ser un broker ni nada raro. Hoy en día hay apps y plataformas súper fáciles donde puedes poner tu dinero en fondos indexados, por ejemplo, y dejar que crezca solito. Además, si es un plan de pensiones, te puede ayudar también con impuestos.
  3. Infórmate sobre la pensión pública (spoiler: no vivas solo de eso)
    En España (y en muchos sitios), las pensiones públicas están cada vez más apretadas. La población envejece, hay menos jóvenes trabajando y… bueno, haz las mates. No es que no vayas a cobrar nada, pero si solo te fías del Estado para vivir a los 67, puede que te lleves un susto.
  4. Piensa en otras formas de ingresos pasivos
    Al principio yo pensaba que eso de “ingresos pasivos” era una estafa tipo “gana dinero mientras duermes”. Pero no. Se refiere a cosas como alquilar una propiedad, tener acciones que te den dividendos, incluso vender un curso o libro digital que hayas hecho. Cuanto antes empieces a construir esas fuentes, mejor.
  5. No caigas en la trampa del «vivir al día»
    Está de moda eso de “el dinero está para gastarlo” o “vive el presente”, que sí, suena muy guay… hasta que tienes 45 años, dos hijos y una hipoteca, y te das cuenta de que no tienes nada ahorrado. Vivir el presente también puede incluir pensar en el futuro, ¿no?

Pero tío, tengo 25 años, no me da la vida para pensar en 40 años más adelante

Totalmente de acuerdo, a mí también me da vértigo pensar a tan largo plazo. Pero aquí va un truco mental que leí en un foro (de esos donde la gente sabe de lo que habla): no pienses en “jubilarte rico”, piensa en tener libertad. Libertad de elegir si quieres seguir trabajando, de tomarte un año sabático, de no depender de nadie. Eso sí que suena bien, ¿no?

Y no se trata de obsesionarte con ahorrar cada céntimo. Se trata de tener un plan, aunque sea simple. Porque si empiezas a los 25 con el chip de “voy a guardar algo cada mes”, cuando tengas 40 lo vas a agradecer muchísimo.

¿Y si no tengo ni idea de inversiones ni ahorro ni nada?

Te entiendo, a mí me pasaba igual. Pero hoy en día hay mil recursos, y lo mejor es que muchos son gratuitos. Canales de YouTube, libros (el de “Padre rico, padre pobre” me lo leí en dos tardes y me voló la cabeza), podcasts, apps que te ayudan a ahorrar sin darte cuenta…

No necesitas saberlo todo, solo lo básico. Lo justo para no dejar que tu dinero se oxide en una cuenta bancaria con un 0,001% de interés. Literalmente, eso es como meterlo debajo del colchón.

¿Y si ya pasé de los 25? ¿Estoy perdido?

¡Que va! Nunca es tarde. Obvio que cuanto antes, mejor, pero empezar a los 30, 35 o 40 también tiene beneficios. Lo importante es empezar. Con disciplina, tiempo y un poquito de conocimiento, puedes construir un futuro tranquilo.

Conclusión (pero sin parecer un final de redacción escolar)

Mira, la jubilación no es un tema de viejos. Es un tema de libertad, de no llegar a los 60 (o antes) y tener que seguir currando por necesidad. Es pensar en tu “yo futuro” y hacerle un favor desde ya. No hace falta tener una carrera en finanzas ni ganar miles de euros al mes para empezar. Solo hace falta tener la mentalidad adecuada y un poquito de constancia.

Y si has llegado hasta aquí leyendo esto, ya has hecho más que la mayoría. Ahora toca ponerse las pilas. Que el tiempo pasa volando, y tú te mereces una jubilación guapa, no una llena de preocupaciones.

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